martes, 14 de diciembre de 2010

Punto

Cansada de ir de pies a rastras, de acariciar el suelo con las yemas de los dedos. La música ya no sonaba en mis pabellones auditivos, y los cascos se perdieron lentamente entre las arrugas de mi ropa.
Y el compás de mi corazón va disminuyendo de Forte a Piano, en intervalos cortos, otros largos y otros no lo sé, simplemente en Adagio. Mis ojos me piden vacaciones, y encantada, les cierro las puertas e intento que la lluvia no aparezca por debajo de las rejas.
Pero las dejaré pasar y que terminen su camino.

Me tumbé, y empecé a rebobinar los recuerdos para empezar desde el principio, grabar encima. Escribí con tinta roja "Filmo grafía de la nada completa", y se borró de repente y me llené la nariz de rojo. Sonreí, mentalmente, mi boca no existía

Me acordé del paraguas de nubes, el que las tenía dibujadas por fuera y por dentro, con un cielo azul celeste,nubes blancas claro está, ojala llueva, quiero sacarlo a la calle. Quizás incluso esté lloviendo, grité para ver si había alguien , no hubo respuesta , solo oí el murmullo del silencio que jugaba por la casa a ser ruido.

Quizás mi alma sea Polaroyd.


Viola

El viento balanceaba las finas hojas del árbol, que caían en una danza de desesperación lenta y tediosa. El tiempo, se detenía en cada instante,curioso, joven e inexistente a los ojos de ella. Sus pestañas, frondosas como un bosque en el más lluvioso de los meses, protegían su iris, su pupila y algo le decía que también protegían su percepción de la realidad irreal.

Quería respirar de aquella basta aurora y beberse los días de dos en dos. Decidió dejarse llevar por el mar, que susurraba sus nombres, todos aquellos olvidados, todas las partes de su ser que dejó escritas en el algún sitio. Jugar a ser dios, jugar a ser criatura y creador, aquello también tenía un precio. El precio de elegir, estar incompleto o por el contrario estar lleno en quizás, algún mundo vacío.

Entonces simplemente se dejó llevar, hundiendo sus ideas en tinta invisible, desapareciendo , volviéndose incorpórea

domingo, 5 de diciembre de 2010

Limones con miel lll


Silence please

En negro. La habitación susurraba el odio que había en las paredes. La cama deshecha mostraba la infidelidad de su propio ser, y la infidelidad de las almas que guardaba en el segundo cajón de la mesa de noche. Se miró en el espejo, este era el único que mostraba su verdadero ser, la sombra de una persona, el despojo que el sabía perfectamente que era.

Cogió un libro, un libro cualquiera sin importancia, como todo lo que caía en sus redes. Lo estrechó entre sus manos y en un suspiro el libro se precipitó contra el espejo, que estalló en mil pedazos como cuando la lluvia aprieta en el asfalto. Sintió como los cristales se le incrustaron en la piel suavemente , y la sangre empezó a correr por su cara, eso sería lo más parecido a las lagrimas que podría experimentar. Todos esos nombres se clavaban en sus entrañas uno por uno.

Los cristales calleron a la moqueta, y

Esbozó una sonrisa y se lamió la sangre que emanaba la herida.

-La próxima vez lo que estalle en mil pedazos será ella.

Y La carcajada inundó la sala , y hasta las motas de polvo dejaron de volar.