Caja.

Coge todas las esperanzas y hazlas regresar

del reino violento, no olvides las desilusiones,

las amargas sonrisas y los "nos",

aquellos, que jamás salieron de la puerta

de tu habitación.

Mételas en una caja de terciopelo rojo ,

junto a tus metáforas y tus recursos literarios.

Asegúrate de que junto a ellos estén

los cigarros que te fumaste contra la amargura,

aquellos que te hicieron morir un poco más.

Después coge un lazo de inocencia, de niñez,

y hazle un nudo de verdades como puños,

verdades que tienen dos caras , pero que

las dos estén formadas de recuerdos blandos ,

como las nubes.

Escribe una carta, con todas tus verdades

y todas tus mentiras, con los minutos de vida,

de tu vida real.

Impregnala con el perfume de tus sentimientos,

métela en un sobre y ponla encima de la caja.

Envíame la caja, junto con un soplido de coraje

y yo , meteré toda la verdad. Envíala y luego

podré ir a la tierra sin pasado.